Zeus, Marpesa e Idas. Cerámica ática 480 a.C. |
Marpessa. Helen Stratton .1914 |
Idas es el otro hijo de Afareo y Arene, la hija de Ébalo, que completa el par de los dos gemelos primos de los Dioscuros junto con su hermano Linceo. Era considerado el mortal más fuerte de su tiempo, capaz de enfrentarse mano a mano con los mismos dioses. De hecho tiene un enfrentamiento con Apolo cuando el dios intenta hacerse con Marpesa, la joven por la que Idas tiene interés. Idas rapta a Marpesa, hija de Evano, hijo a su vez del dios Ares, y emprende una huida montado en un carro tirado por caballos alados regalo del dios Poseidón. Evano desesperado por la perdida de su hija se ahoga en el río Licormás. Pero Apolo que también deseaba a Marpesa no piensa dejar que el Afarida se escape con la joven, e intenta arrebatársela. Idas, cuyo fuerte carácter era bien conocido, no se amilana, carga el arco, y le dispara al mismísimo Flechador. Zeus pone fin al combate evitando que vaya a más, y deja la elección en manos de la bella. La inteligente muchacha elige a Idas, pues alega que Apolo la abandonaría cuando ella envejeciera y él no.
"Eveno casó con Marpesa, a la cual, siendo pretendida por Apolo, Idas, el hijo de Afareo, raptó con un carro alado recibido de Posidón. Persiguiéndolo Eveno en otro
carro, llegó al río Licormas, pero no pudiendo apresarlo degolló a los caballos y se lanzó él mismo al río. También el río se llama Eveno por aquel. Idas llegó a Mesenia y encontrándose con él casualmente Apolo, le arrebató la muchacha; se produjo entonces una lucha entre ellos por la unión con la doncella, pero Zeus separándolos concedió a la doncella elegir con cuál de los dos quería convivir; temiendo ella que cuando envejeciera Apolo la abandonara, escogió por marido a ldas. (Apolodoro. Biblioteca Mitológica)
"Eveno casó con Marpesa, a la cual, siendo pretendida por Apolo, Idas, el hijo de Afareo, raptó con un carro alado recibido de Posidón. Persiguiéndolo Eveno en otro
carro, llegó al río Licormas, pero no pudiendo apresarlo degolló a los caballos y se lanzó él mismo al río. También el río se llama Eveno por aquel. Idas llegó a Mesenia y encontrándose con él casualmente Apolo, le arrebató la muchacha; se produjo entonces una lucha entre ellos por la unión con la doncella, pero Zeus separándolos concedió a la doncella elegir con cuál de los dos quería convivir; temiendo ella que cuando envejeciera Apolo la abandonara, escogió por marido a ldas. (Apolodoro. Biblioteca Mitológica)
Idas. Greg Johnson |
Su enfrentamiento con Apolo le da fama, y es así como pasa a ser considerado el hombre más fuerte de su tiempo.
"...y de Idas, el más fuerte de los hombres que entonces poblaban la tierra. (Atrevióse Idas a armar el arco contra Febo Apolo, para recobrar la esposa que el dios le robara). (Homero. Ilíada)
Recién salido de su enfrentamiento con el dios se apunta con su inseparable gemelo Linceo en la cacería del Jabalí de Calidón invitado por Meleagro quien se había casado con su hija Cleopatra.
"Idas y Linceo, hijos de Afareo, procedentes de Mesenia." (Apolodoro. Biblioteca Mitológica)
Ovidio, quien lo incluye entre los cazadores, al igual que Higinio y Apolodoro, denomina al mesenio como:
"El veloz Idas." (Ovidio. Metamorfosis)
A pesar de ser incluido en el catálogo de cazadores de Calidón su presencia en la Cacería es puramente anecdótica sin que destaca en la misma.
Y por supuesto en compañía de su hermano se enrola en el Argos en busca del vellocino de oro.
"...y de Idas, el más fuerte de los hombres que entonces poblaban la tierra. (Atrevióse Idas a armar el arco contra Febo Apolo, para recobrar la esposa que el dios le robara). (Homero. Ilíada)
Recién salido de su enfrentamiento con el dios se apunta con su inseparable gemelo Linceo en la cacería del Jabalí de Calidón invitado por Meleagro quien se había casado con su hija Cleopatra.
"Idas y Linceo, hijos de Afareo, procedentes de Mesenia." (Apolodoro. Biblioteca Mitológica)
Ovidio, quien lo incluye entre los cazadores, al igual que Higinio y Apolodoro, denomina al mesenio como:
"El veloz Idas." (Ovidio. Metamorfosis)
A pesar de ser incluido en el catálogo de cazadores de Calidón su presencia en la Cacería es puramente anecdótica sin que destaca en la misma.
Y por supuesto en compañía de su hermano se enrola en el Argos en busca del vellocino de oro.
"Con un remo más corto golpea ya el agua y ocupa lejos su banco Idas, el más inexperto. Pero su hermano Linceo, al que Arene vio nacer, y que podría atravesar el suelo y descubrir los secretos infernales con su mirada profunda, anunciará al timonel la tierra firme desde el medio del océano, y anunciará las estrellas a la nave; que aunque Júpiter haya ocultado el cielo con nubes, Linceo, sólo él, las atravesará con su mirada" (Valerio Flaco. Argonáuticas)
Idas se convierte en uno de los argonautas imprescindibles en la expedición, puesto que es posiblemente el mejor combatiente, aunque también el más gruñón y peleón de todos; casi siempre en desacuerdo con las decisiones de Jasón y de la mayoría; pero a la hora de combatir su eficacia es impagable. El caracter de Idas es bien reflejado en la literatura sobre los argonautas, y Rober Graves lo retrata muy bien en su novela "El vellocino de oro"
"...y un par de hermanos, nietos de Perieres, el anterior rey de Mesenia, llamados Idas y Linceo. Idas y Linceo llevaban unas gorras de piel de lince que jamás se quitaban de la cabeza; eran hombres altos en la flor de la vida, y no les importaba nadie en absoluto" (Robert Graves. El Vellocino de oro)
El carácter belicoso y chulesco de Idas junto con su enorme fuerza física le llevaba a no temer a nada ni a nadie ni siquiera a los mismos dioses; y a menudo les reprocha a sus compañeros su cobardía.
Idas y los Dioscuros. Metopa. Delfos |
"¡Esonida! ¡qué idea es ésa que revuelves en tu interior? dí tu pensamiento en medio de todos. ¿Es que te vence un súbito temor, el que aflige a los cobardes? Sabe Ahora, ¡por mi lanza impetuosa, con la cual una fama tan superior a los otros he recogido en las batallas, que ni siquiera me aprovecha Zeus tanto como mi lanza!, que no habrá, no, peligro alguno funesto ni empresa sin cumplimiento, mientras te siga Idas, aunque algún dios se opusiera. ¡Tal defensor tienes en mí, en el héroe de Arena!" (Apolonio de Rodas. El viaje de los Argonautas)
Es un fanfarrón, pero cuando hay que luchar es el mejor. Cuando durante la expedición los Argonautas llega al país de los Mariandinos, y un enorme jabalí los ataca, es Idas el que lo abate con su lanza (Ver Idmón).
"La fiera se precipitó hacia el otro lado, pero le alcanzó Idas, y rechinando los dientes se abatió sobre la veloz lanza, y allí lo abandonaron caído sobre tierra." (Apolonio de Rodas. El Viaje de los Argonautas)
En Misia Idas intenta arrebatarle el trono a Teutrante, pero el rey recurre a la ayuda de Télefo, y el mesenio tiene que cesar en su empeño.
"Idas, hijo de Afareo, quiso arrebatar el trono a Teutrante, rey de Misia. Como Télefo, hijo de Hércules, hubiera llegado allí con su compañero Partenopeo mientras buscaba a su madre, en virtud de un oráculo, Teutrante prometió que le daría el reino y a su hija Auge en matrimonio, si lo protegía del enemigo. Télefo no desdeñó la proposición del rey y, junto con Partenopeo, venció a Idas en un combate singular." (Higinio. Fábulas Mitológicas)
El final de Idas se relaciona con el de su hermano y sus primos, y la versión que el novelista y erudito Robert Graves da del mismo dista un poco del que nos ofrecen los mitos. En la versión del inglés será Idas el superviviente, no su primo Pólux.
Idas Y Polux. 1830 |
La riña entre Idas y Linceo, por una parte, y Cástor y Pólux por otra quedó olvidada durante un tiempo, hasta que un día se unieron para realizar una expedición de castigo contra Anceo de Tegea. Le quitaron ciento una cabezas del mejor ganado, alegando que Anceo les había engañado, hacia mucho tiempo, en Bébricos, cuando se repartió el botín del palacio del rey Amico, al no entregar al tesoro común cuatro valiosos collares de ámbar, esmeralda y oro. Anceo, que no tenía la conciencia tranquila por el asunto de los collares, no salió en persecución de los hermanos, sino que dejó la venganza a su padre Poseidón, a quien ya había prometido diez de los mejores toros del ganado como ofrenda.
Los cuatro saqueadores se sentaron juntos cerca del lugar de confluencia de las fronteras de Laconia, Arcadia y Mesenia y discutieron, de un modo poco cordial, la mejor manera de repartirse el ganado. Finalmente Idas dijo:
-Vamos a divertirnos un poco, camaradas. Yo cortaré este ternero en cuatro partes iguales. Al primero que termine su porción, dejando solamente los huesos pelados, le tocará la mitad del ganado, pudiendo elegir las cincuenta cabezas que más le gusten, y el que termine segundo podrá quedarse las otras cincuenta.
Cástor y Pólux estuvieron de acuerdo; Linceo comía muy despacio, porque se había roto los dientes de delante en un encuentro de boxeo, y los dos gemelos consideraban que tenían mejor apetito que Idas. Pero apenas se habían sacado los cuartos del asador y se habían distribuido por sorteo, cuando Idas comenzó a desgarrar su pedazo con dientes y un puñal, tragándose la suculenta carne casi sin masticar. Ya se lo había terminado todo, incluso había chupado el tuétano de los huesos, antes de que empezaran los demás. Y como hermano leal que era, Idas fue a ayudar a Linceo, cortándole la carne en tiras pequeñas y tragándose buena parte de su ración; en consecuencia, Linceo quedó segundo, terminando un poco antes que Pólux, que se dejó varias costillas y parte de los menudillos.
Idas y Linceo se levantaron, ahítos, pero no incapacitados, y se llevaron todo el ganado, despidiéndose con una sonrisa burlona. Pólux, con la boca llena, les llamó, diciéndoles que se quedaran, y protestando porque Linceo no se había terminado su propia porción porque sólo así podía tener derecho a la mitad del ganado; por supuesto no ponía en duda que Idas se había ganado con justicia el derecho a elegir las cincuenta mejores cabezas. Pero Cástor, que se había enfadado al ver que era el más lento de todos, dejó su cuarto de carne sin terminar y echó a correr. Tomó un atajo por las montañas y tendió una emboscada a Idas y Linceo, ocultándose en un roble hueco que estaba consagrado a Zeus. Supuso que pasarían cerca del roble, pues crecía junto a la tumba de su antepasado Afareo, donde sin duda se dirigirían para derramar libaciones de sangre de toro.
Las Leucipides y los gemelos en lucha. Sárcofago romano 160 d.C. Vaticano |
Con su aguda vista, Linceo descubrió el escondite desde media milla de distancia, pues la punta de la pluma de cisne del tocado de Cástor se entreveía por una rendija del árbol. Le hizo señas a Idas para que se acercara sigilosamente al árbol por detrás del ganado y sorprendiera la emboscada. Idas así lo hizo; arremetió de pronto contra el árbol con su lanza atravesándole los pulmones a Cástor, que murió al instante.
En aquel preciso momento Pólux venía corriendo por el sendero y oyó el grito mortal de Cástor. Atacó a Idas con su lanza, pero Idas, al no poder sacar la suya del roble dio un salto de costado y se escondió detrás de la tumba de su padre. Arrancó la lápida de la tumba y la arrojó con las dos manos contra Pólux, aplastándole la clavícula izquierda.
Pólux oyó como Linceo corría hacia él para atacarle por detrás, y herido como estaba, se volvió y lo recibió con la punta de la lanza.
Linceo cayó con el vientre traspasado. Pero Idas dio un salto hacia adelante y, agarrando la lanza de su hermano que estaba tirada en el suelo, se la ensartó a Pólux entre las nalgas, causándole una horrible muerte.
Idas comenzó a bailar triunfalmente bajo el árbol sagrado, y a blasfemar en voz alta contra Zeus, padre de los tres campeones muertos, riéndose hasta que las rocas devolvieron su eco una y otra vez, y los pastores - que vivían en una cabaña cercana se tuvieron que tapar los oídos por vergüenza. Continuó bilando y blasfemando, sin hacer caso de una tormenta que se acercaba a toda prisa por el norte, hasta que, de pronto, cayó un relámpago deslumbrador y en el mismo instante se oyó un espantoso trueno. El rayo alcanzó la punta de la lanza que Idas blandía, carbonizando su brazo derecho y desgarrando todas sus ropas.
Idas. John Bennet |
Los pastores hallaron su cadáver tatuado por las hojas del árbol sagrado. Se quedaron maravillados y cercaron el lugar donde había caído, convirtiéndolo en lugar sagrado; y en vez de quemar el cuerpo lo enterraron, como es costumbre hacer con las personas muertas por un rayo". (R. Graves. El vellocino de oro)
En el cine sólo dos actores han interpretado al conflictivo Idas, Greg Johnson en la serie "Xena: la princesa guerrera", y en el telefilm "Hércules en el mundo subterráneo"(1994); y John Bennett en la miniserie del año 2000. En esta miniserie de nuevo hacen una reinterpretación del personaje nada acorde con el mito, y lo presentan como un viejo cartógrafo que ni siquiera se embarca en el Argos (¡Estaba como para hacer prodigios de fuerza!)
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